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| Panamá es uno de los destinos con mayor demanda por los viajeros por ofrecer buenos precios. Foto William Urdaneta / Cortesía |
Los infractores (raspacupos) solicitan los dólares preferenciales a 6,30 bolívares, compran pasajes y luego no viajan. Dan sus tarjetas a terceros que sí viajan, y de esta forma venden las divisas, constituyendo esto un ilícito cambiario.
La polémica está servida. El Gobierno afirma que son miles los dólares que se han ido por esta vía. Las aerolíneas por su parte toman medidas, y estas desfavorecen a los usuarios.
Caterina Algieri, asesora de ventas de la agencia de viajes Omega-Iata, ubicada en el aeropuerto Manuel Carlos Piar, explica que a raíz del auge de los pasajeros fantasmas las aerolíneas han bloqueado los pasajes desde Venezuela, y en algunos casos han incrementado las penalidades en el caso de quienes cancelen los boletos y pidan reembolso.
“Es muy difícil conseguir un boleto a tarifas económicas. Ya para noviembre, diciembre e incluso enero no hay cupo. Los pocos que se consiguen son a precios elevados. Creo que esa medida del captahuella que quiere implementar el gobierno será peor, pues eso puede originar retrasos. Y si la huella no aparece, por ejemplo. Además una sola aerolínea puede tener hasta seis vuelos, la captahuella considero será peor que la enfermedad”, opina.
