La cultura de cuatro regiones norteñas del Perú fue parte clave de la estancia del ahora Papa en cerca de cuatro décadas.
Lambayeque, Piura, Trujillo y el Callao, fueron los territorios que lo acogieron no solo con fervor religioso, sino también con platos tradicionales que alimentaron su cuerpo y espíritu. En esta ruta, te invitamos a seguir los pasos del Sumo Pontífice, quien supo experimentar el sabor, la fe e historia de la comida peruana.
La ciudad de Chiclayo, capital de la región Lambayeque, fue un escenario clave en la Ruta del Papa León XIV en Perú. Aquí se formó y ejerció como obispo el cardenal Robert Prevost, quien ocupó el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos del Vaticano. Su paso por esta ciudad dejó una huella imborrable, no solo en el ámbito religioso, sino también en el compromiso social con los más necesitados.
Durante su labor pastoral, Prevost fue reconocido por su capacidad de gestión y su cercanía con la comunidad. Destacó especialmente durante la pandemia por COVID-19, al coordinar la llegada de tanques de oxígeno y víveres con el apoyo de Cáritas del Perú. Además, movilizó recursos ante desastres naturales como el ciclón Yaku en 2023, mostrando un liderazgo activo y comprometido con la población lambayecana.
Existe una versión popular que afirma que el Papa León XIV solía frecuentar un conocido restaurante local en Chiclayo. Sin embargo, quienes lo conocieron de cerca aseguran que prefería la sobriedad del comedor del obispado, donde compartía sus comidas con jóvenes, sacerdotes y visitantes en un ambiente fraterno y espiritual.
Solo en ocasiones especiales aceptaba invitaciones externas, siempre priorizando la sencillez y el encuentro humano por encima del lujo o la exposición pública.
Chiclayo, sazón norteña con tradición milenaria
Aunque su vida fue marcada por su sencillez y cercanía con la población, se sabe que el Papa León XIV tenía una especial admiración por los sabores peruanos, en especial los del norte.
Esta es una lista de platos sobre la gastronomía representativa de Chiclayo
Arroz con pato: se elabora con arroz cocido en el jugo del pato, chicha de jora, culantro, cebolla y ajíes, lo que le da su característico color verde y sabor intenso.
Es una muestra del arte culinario del norte del Perú y una experiencia imperdible para quienes visitan Chiclayo.
Cabrito a la norteña: se prepara con carne de cabrito (cría de cabra) marinada en chicha de jora, ají panca, comino, ajo y cebolla, y luego cocida lentamente hasta quedar suave y jugosa. Generalmente se acompaña con arroz, yuca sancochada o frejoles.
Este platillo es un verdadero emblema de la cocina criolla norteña. Destaca por sus sabores intensos y el uso de ingredientes ancestrales como la chicha, que conecta con las raíces prehispánicas de la región.
Tortitas de choclo: se convirtieron en un clásico de la cocina criolla, servidas en festividades religiosas, reuniones familiares y ferias populares, como acompañamiento principal en el ceviche norteño, siendo hoy un símbolo de identidad y herencia cultural.
Piura, tierra cálida de fe y sabores auténticos
Ubicado en el valle del Alto Piura, el distrito de Chulucanas —perteneciente a la provincia de Morropón Chulucanas, región Piura— es un lugar que combina espiritualidad, tradición y una vibrante identidad cultural.
Conocido por su famosa cerámica artesanal y su fervor religioso, este distrito fue el primer hogar misionero del entonces sacerdote agustino Robert Prevost, quien décadas después sería elegido como Papa León XIV.
Fue en Chulucanas donde Prevost inició su camino pastoral en el Perú, conociendo de cerca las costumbres de un pueblo cálido y profundamente creyente. Aquí celebró sus primeras misas en español, compartió con las comunidades rurales, y caminó entre caseríos donde la fe y la vida cotidiana se entrelazan.
Su vínculo con Chulucanas marcó profundamente su labor pastoral y su aprecio por la cultura piurana, incluyendo su cercana relación con la gastronomía local, rica en sabores del campo y recetas heredadas por generaciones.
Sabores de Chulucanas: la cocina piurana que recibió al Papa León XIV Antes de convertirse en Papa León XIV, Robert Prevost descubrió en Chulucanas no solo la fe profunda de su gente, sino también una cocina de campo que reconforta el alma.
Con ingredientes locales y recetas heredadas por generaciones, esta tierra lo recibió con platos llenos de sabor, historia y hospitalidad.
Seco de chabelo: es un tesoro culinario del departamento de Piura. Se compone de plátano verde cocido en agua o asado a las brasas que luego se maja en mortero y se combina con carne de res asada o seca (cecina), aderezándose con ají, tomate, cebolla y, como todos los secos, con un ingrediente ácido, en este caso chicha de jora. Carne seca con chifles: es un plato a base de carne de res cortada en láminas delgadas, se sazona y se deja secar al sol. Se acompaña con una porción de chifles y en algunas ocasiones con zarza criolla.
Chicharrón de chancho con mote: es un plato tradicional piurano, especialmente en la zona sierra de Piura. La fusión de la carne de cerdo frita con ingredientes peruanos como el mote (maíz cocido) y la salsa criolla, dio lugar a este plato emblemático.
También se tiene los chifles, un snack frito de plátano de verde con una historia muy arraigada a Piura, y finalmente los dulces tradicionales en donde destacan: la natilla, la cuña, el bocadillo, chumbeque y las cocadas.
Callao, puerto de fe y cuna del ceviche peruano
Antes de ser el Papa León XIV, Robert Prevost fue designado administrador apostólico de la Diócesis del Callao por el otrora Papa Francisco. Allí, el Sumo Pontífice pudo conocer de cerca la identidad del primer puerto del país, su marcada historia y espíritu resiliente que se reflejaba en la profunda devoción de sus feligreses.
La gastronomía chalaca en el camino del Papa León XIV El entonces padre agustino Robert Prevost descubrió en el Callao no solo una iglesia activa y solidaria, sino también una gastronomía poderosa y auténtica. En cada plato, el primer puerto le ofrecía identidad, historia y un pedacito del alma peruana.
Cebiche clásico: pescado cortado en trozos y cocido con limón y ají limo; se acompaña con cebolla, choclo y camote.
Parihuela: sopa concentrada de pescados y mariscos
Pan con chimbombo: un sándwich de pescado frito, tradicionalmente hecho con pejerrey y otros ingredientes como cebolla, limón y ají, dentro de un pan francés o ciabatta.
Choritos a la chalaca: choros o mejillones acompañados de cebolla, tomate, cilantro, choclo y limón; todo servido en la misma concha.
Conchitas a la parmesana: se gratinan con ajo, limón, mantequilla y parmesano.
Trujillo
En el corazón del norte, Trujillo ofreció al futuro Papa León XIV una vivencia marcada por la devoción, gastronomía y hospitalidad peruana. Recorrer esta ciudad es revivir una historia que hoy inspira a miles de viajeros con propósito.
La sazón trujillana que deleitaron al Papa León XIV Trujillo fue una parada cargada de historia, devoción y sabores únicos para el Papa León XIV. Durante su estancia como obispo, Robert Prevost descubrió en esta tierra norteña, su identidad y fervor religioso.
Shámbar: es considerado plato bandera de Trujillo, se trata de una suculenta sopa que incluye mezcla de menestras, entre granos de trigo, habas, garbanzos y frijoles; carnes de pollo, jamón y lechón y todo tipo de ajíes y hierbas, y cuya tradición norteña es servirla al inicio de cada semana por ser una gran fuente de energía.
Sopa teóloga: La sopa teóloga fue declarada como plato típico de Moche por el Instituto Regional de Cultura y el Gobierno Regional de La Libertad en el 2008. Tradicionalmente este platillo se degusta durante la Semana Santa, aunque no es extraño que también forme parte de un banquete de bodas o de un cumpleaños. Está conformada de tres partes: el migado de pan, el pepián y el encebollado.
Seco de cabrito: uno de los platos más emblemáticos del norte. Este guiso se prepara con cabrito macerado con vinagre y chicha de jora, y se acompaña con yucas o frijoles aderezados. El sabor de este plato es tan delicioso que no falta en ninguna fiesta o celebración trujillana.
Frito trujillano: este sabroso plato está hecho a base de panceta o costillas de cerdo, sazonadas con chicha de jora, ají mirasol y ajo. El toque especial de este manjar es que se sirve con yuca sancochada y una salsa criolla fresca con cebolla, ají mochero, limón y sal.
Cebiche trujillano: uno de los mejores cebiches del país al tener como ingrediente a uno de los mejores limones del mundo. Se acompaña de camote, yuca, cancha serrana y algas marinas como el yuyo, también conocido como mococho.
Patita en fiambre: la patita en fiambre es un plato tradicional de la cocina peruana, originario de la ciudad de Trujillo, en la costa norte del país. Se trata de patas de cerdo cocidas en un adobo a base de vinagre, chicha de jora, y especias, y luego se sirve frío, acompañado de yuca hervida y cebolla en juliana.
Esta ruta turística te conectará con el legado dejado por el Papa León XIV, que conoció de cerca el alma del Perú. Recorre Lambayeque, Piura, Trujillo y Callao desde una experiencia única que une devoción, cultura y gastronomía.
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