Carlos Samayoa, coordinador de campaña de Greenpeace señaló que se han perdido más de 10 mil hectáreas por el crecimiento inmobiliario, el turismo desmedido y el paso del Tren Maya.
Activistas de Greenpeace México realizaron el pasado lunes una protesta pacífica frente a la delegación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en la zona hotelera de Cancún, exigiendo que se frene la destrucción de la selva maya y se detengan las autorizaciones para explotar bancos pétreos en la región.
Samayoa declaró que esta aprobación ignora los impactos al Gran Acuífero Maya, la ausencia de consulta a comunidades indígenas y replica un modelo extractivista similar al caso de Calica,
Los manifestantes desplegaron una manta con consignas y vaciaron material pétreo frente a las oficinas, en señal del daño ambiental que —según ellos— permite la Secretaría. Denunciaron en particular la autorización otorgada a Cemex para deforestar y dinamitar 650 hectáreas en las inmediaciones de Tulum.
Finalmente, la organización ambientalista destacó que esta movilización forma parte de la campaña “México al grito de selva”, que busca visibilizar la urgencia de proteger los ecosistemas del sureste mexicano y de garantizar los derechos de las comunidades locales por encima de los intereses comerciales.
Como lo informó REPORTUR.mx, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, comentó recientemente sobre la conversación que tuvo con Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala, quien le manifestó en su momento que de ninguna manera el paso del Tren Maya podrá ser por la selva protegida El Petén (Sheinbaum: Guatemala sí evitará el paso del Tren Maya por la selva).
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