El ambicioso proyecto del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que busca conectar los océanos Atlántico y Pacífico a través del sur de México, enfrenta su primer gran desafío: una fuerte caída en el número de pasajeros. De acuerdo con cifras recientes, durante el primer trimestre de 2025 el servicio perdió más de la mitad de sus usuarios, lo que ha generado preocupación sobre su viabilidad como transporte turístico.
Ante este panorama, especialistas en movilidad y desarrollo regional han comenzado a plantear ajustes estratégicos. Uno de los señalamientos más relevantes proviene del investigador Carlos Campos, del Instituto de Estudios del Transporte, quien asegura que el proyecto podría ganar impulso si se convierte en un tren interurbano enfocado en atender a la población local, en lugar de mantener su actual enfoque turístico.
«Pensar en el Tren Interoceánico solo como una atracción turística es limitar su potencial. Las comunidades del Istmo necesitan opciones reales de movilidad diaria para estudiar, trabajar o acceder a servicios», señaló Campos. Según el especialista, un modelo interurbano permitiría un uso más constante y útil para los habitantes de los estados de Oaxaca y Veracruz, en lugar de depender únicamente del flujo eventual de visitantes.
El tren, inaugurado a finales de 2023 como parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, ha enfrentado múltiples obstáculos, desde retrasos en obras hasta críticas por su impacto ambiental y social. Sin embargo, el más reciente informe de baja demanda ha encendido alertas dentro del propio gobierno, que ve en este proyecto una pieza clave para el desarrollo del sureste mexicano.
Además, Campos advierte que para que el Tren Interoceánico sea exitoso, debe mejorar su conectividad con otras formas de transporte y reducir costos operativos, especialmente si se busca que sea una opción real para los habitantes locales.
«El enfoque turístico puede mantenerse en ciertos tramos o temporadas, pero la sostenibilidad del proyecto a largo plazo dependerá de su uso cotidiano por parte de la población», explicó.
Por ahora, autoridades federales no han anunciado cambios en el modelo operativo del tren, aunque ya se analizan estrategias para aumentar la demanda y garantizar el retorno de la inversión. Mientras tanto, el debate sigue abierto sobre si el Tren Interoceánico no se convertirá en otro elefante blanco, similar al Tren Maya.
Como lo informó REPORTUR.mx, en marzo el biólogo Roberto Rojo, autor del proyecto Cenotes Urbanos de Playa del Carmen, lanzó una crítica contundente contra el Tren Maya, al advertir que esta infraestructura podría convertirse en un “elefante blanco”, ya que actualmente no es rentable y continúa generando graves afectaciones al medio ambiente. (Tren Maya podría convertirse en el próximo “elefante blanco”).
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