La salida del Reino Unido de la CE producirá la caída de convenios internacionales con la pérdida de licencias de operación y derechos de tráfico.
No resulta muy alentador el panorama para el Reino Unido en materia de aviación comercial con la entrada en vigencia del Brexit. Para evitar perder los derechos de vuelo que mantienen con la Unión Europea (UE) les queda menos de un año.
La Comisión Europea, que asegura que Reino Unido se convertirá con su salida en un “tercer país”, se ha dirigido a las compañías aéreas británicas para advertirles que no disfrutarán de los derechos de tráfico bajo ninguno de los acuerdos de transporte de los que la UE sea parte. Con ello, perderán también los derechos de vuelo bajo acuerdos individuales entre Estados miembros y otros países.
Además, todas las licencias operativas garantizadas por la Autoridad Civil de Aviación británica (CAA) no serán válidas para la UE, lo que significa que serán excluidas del mercado interior comunitario. Las líneas aéreas que tengan licencias de operación europeas podrán mantenerlas con la condición de que su principal centro de negocio esté situado en un estado miembro de la UE, y que la mayoría y el control efectivo de la compañía lo tengan nacionales de estados miembros de la UE.
En el texto publicado se afirma que: Los derechos bajo esos acuerdos, como acuerdo para compartir mercado, incluyendo leasing, servicios intermodales o que conlleven flexibilidad operacional, podrían verse afectados cuando se ejerzan en el territorio del Reino Unido o en conexión con compañías del Reino Unido”.
El comunicado advierte también a las líneas aéreas que deben estar preparadas para el momento en que se produzca la separación. En este sentido, easyjet ya ha creado una sociedad en Austria, país dentro de la Unión Europea; Ryanair estudia si solicita una licencia para operar vuelos domésticos en territorio británico o, por el contrario, si opta directamente por la cancelación de sus rutas en Reino Unido, que suponen ahora el 2% del total de sus operaciones.
Ante esta situación IATA insiste en que antes de octubre se deberían tomar todas las previsiones necesarias para evitar el colapso del sector aéreo ya que la falta de acuerdo bilateral con países europeos colocaría al sector de la aviación en un ‘limbo regulatorio’, que provocaría que no se pudiera volar entre Europa y Reino Unido.
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