Los carros comienzan a estacionarse frente al bulevar al mismo tiempo que el sol se oculta y en cuestión de minutos el espacio se atiborra de gente y música, se trata del caribe reclamando su sitio, se impone la condición que identifica a los pueblos de costa.
Muchos dicen que esta ciudad es la puerta de entrada a las mejores playas del oriente venezolano y probablemente no están equivocados, desde aquí uno puede conectarse con el Parque Nacional Mochima y gran parte de las islas que se encuentran en sus más de 94 mil hectáreas de extensión; es por eso (y porque la entidad aloja una de las refinerías de petróleo más importantes de esta zona del país), que la vida aquí gira hace mucho tiempo en torno al mar y lo que este traiga consigo.
Por ello, se pensó en grande cuando se construyeron los complejos hoteleros que aun forman parte de la oferta de alojamiento de la ciudad, y, que luchan por sobrevivir a su gran tamaño en una Venezuela que se ha visto en la necesidad de colocarle a todo la palabras exprés, boutique o petit para justificar la reducción de espacio.
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