jueves, 25 de septiembre de 2014

Vientos, cerros y mares de la agreste Paraguaná LORENA GIL

Moruy, el pueblo más antiguo de la península de Paraguaná
La parte norte del estado Falcón es un destino fascinante para los viajeros de rústicos, montañistas y fanáticos del kite y windsurf

Paraguaná es ocre, seca, pero no por eso infecunda. En sus paisajes el ojo y el alma se nutren de lo bello del estado más septentrional de Venezuela. Desde el “cuello” de esta península que va de Coro hacia Punto Fijo, puede sentirse la inmensidad que empieza con las arenas de los médanos de Coro y concluye en el cabo San Román.

Uno de los sitios que hay que visitar es el cerro Santa Ana, pero una de las condiciones para subir los 850 msnm es estar en forma. El ascenso en grupo resulta una verdadera experiencia. Con un guía de Inparques puede iniciarse el ascenso a una hora temprana. Existen unas cuerdas instaladas allí para que los más osados hagan escalada en algunas de las formaciones rocosas más empinadas. Desde su cima pueden verse los extensos terrenos de siembras de sábila, auyamas, melones, patillas así como poblaciones de la península.

Además de montaña, también cuentan con playas y Adícora lo es por antonomasia. Un pueblo de pescadores y comerciantes lo aguarda a orillas del mar. Hay posadas y alquiler de habitaciones en casas de arquitectura tradicional. En una encantadora iglesia puede escuchar la misa del domingo con el batiente mar como música de fondo. Impone gran respeto la limpieza y armonía de su fresca y artística estructura.

Adícora Norte y Sur son extensas y con viento fuerte y constante, perfectas para practicar windsurf y kitesurf. Muy cerca de aquí está otra playa estupenda: Buchuaco. Está un poco más retirada de Adícora y lejos del ruido de las zonas pobladas.

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