martes, 23 de septiembre de 2014

Los Aleros


El único pueblo museo de Venezuela, "Donde el tiempo se detuvo", celebra sus 30 años

El merideño Alexis Montilla nació en Chachopo en 1944 y siempre soñó con construir un pueblo que reviviera la forma de vida y costumbres de la zona andina de los años 30. Así, surgió Los Aleros, que el pasado 28 de julio cumplió 30 años, y los celebra durante todo el año, con un homenaje a su fundador, quien con esfuerzo y trabajo construyó este ícono andino que ha beneficiado a los merideños y al turismo en la región. Además, otros parques temáticos en la ciudad de Mérida, como La Venezuela de Antier, La Montaña de los Sueños y el Parque Natural Yaracuy, se deben también a la iniciativa de este emprendedor.

El tour comienza en autobús
Para llegar a Los Aleros hay que abordar uno de los 10 autobusitos de la época que, a través de un camino empinado, transportan a los visitantes en cinco minutos hasta el pueblo en donde el tiempo se detuvo. Prepárense para caminar, con atuendo deportivo, cómodo y algún abrigo si el clima está frío, y a descubrir pintorescos lugares, llenos de historias, cuentos y curiosidades, algunas cómicas y otras hasta tenebrosas.

El recorrido se inicia en el Banco El Águila y Oficina de sellado de Pasaportes. Allí aseguran ser "el único banco donde no despluman a los clientes" y donde se pueden cambiar bolívares por morocotas, moneda oficial del pueblo. Y no olviden pedir al funcionario de turno que les selle su pasaporte como constancia de su visita. A continuación le espera la búsqueda del entierro de morocotas, y es que en algún lugar del recorrido hay un legendario tesoro de esta moneda que debe descubrir. Sólo los más valientes se atreven y no es apto para cardíacos. Pero en el Zafarrancho puede pasar el susto tomándose algún refrigerio.
Para los pequeños, el Alerito de la Nana será la sensación. Esta diminuta casa a escala está disponible en temporada alta. Mientras tanto, puede probar suerte en la Ruleta del Conejo.

Al pasar por la Bomba verá los surtidores de gasolina originales de los años 30 que aún funcionan; además de piezas, lubricantes, repuestos y otros objetos de la época. Algo muy típico de los pueblos andinos y de los pueblos de la época son los trapiches de caña. En Los Aleros se puede observar la elaboración de sus derivados –guarapo, alfondoques, melcocha, chuchuhuaza, panela– que están a la venta.

Uno de los pocos molinos de piedra movidos por la fuerza del agua que queda funcionando en Venezuela está en este parque temático. Este molino de trigo convierte el grano en harina para hacer las famosas y ricas arepas andinas en fogón de leña. En la Casa de los Aperos y Taller Artesanal  exhiben las herramientas usadas para la construcción de Los Aleros, así como una secuencia fotográfica de su evolución. Otro recinto típico del pueblo es la Alcoba de la Novia, donde se guardan recuerdos, trajes y retratos de la primera novia de Los Aleros, Ilva Delgado.

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