martes, 3 de junio de 2014

El sur olvidado Por Eliana Pineda

Estas grandes naves de madera, recorrían toda la costa zuliana y en cada muelle, hombres desafiantes, al son de una gaita lejana, montaban entre una cosa y otra, frutas, víveres, enseres, alegrías, ilusiones y esperanzas. Venían del Sur del Lago de Maracaibo, la tierra prometida, dorada y anhelada para abastecer con más de 70 por ciento de productos la cesta básica de Venezuela y sus fronteras.

Dos semanas después de descanso, los grandes barcos partían de La Cañada de Urdaneta por el extenso camino de agua de regreso a la tierra de los ríos, también iban cargadas, pero esta vez de pobladores ansiosos y entusiastas en busca del territorio bendecido por la mano de Dios, incluyendo todos sus municipios: Sucre, Francisco Javier Pulgar, Colón, Catatumbo y Jesús María Semprún, cada uno dotado de maravillas naturales como bosques, valles montañas, lagunas, humedales, ciénagas y hasta la impresionante magia de un relámpago del Catatumbo permanente. Cada uno proveedor de riquezas para satisfacer demandas del mundo de hoy, presente y mañana, conformando coincidencias asombrosas de un espacio destinado a ser patrimonio de todos los que habitamos esta parte del planeta y sus adyacencias.

Este legado recibido de la naturaleza y herencia de la historia de nuestros padres, sigue siendo una cantera de recursos para surtir a cientos de pueblos, gracias a sus asociaciones de formas diversas de vida, los volúmenes de agua y tierra, la vegetación exuberante, los yacimientos del subsuelo, los animales impresionantes, confirmando el milagro surlaguense. Sin embargo, en la actualidad, es muy poco o casi nada lo que percibimos de este territorio, sentimos en el alma, la vulnerabilidad social y económica de esta zona al verse expuesta a la ineficiencia de la gerencia nacional y regional, sin capacidad de aportar perspectivas de crecimiento productivo en ninguno de sus extraordinarios rubros lácteos, agrarios y pesqueros desencadenando niveles dramáticos de desempleo al desaparecer, expropiar y desasistir empresas del área agropecuaria, involucrando pérdidas de recursos humanos, técnicos y financieros.

En el Sur del Lago, es necesario que el Gobierno nacional de prioridad a la actividad económica, fundamentada en el desarrollo del campo y su sustentabilidad como garantía de calidad de vida de la mayoría, reactivando las industrias de la leche, carne, cereales, palma aceitera, cítricos y tantos y tantos alimentos para nuevamente escuchar el pulso emocionado de esta tierra, empujando las aguas de los ríos hacia el gran lago de la prosperidad.

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