martes, 11 de marzo de 2014

Parque Nacional Canaima: Historia, diversidad y belleza natural


En el sur de Venezuela, cerca de la frontera con Brasil, se extiende un territorio milenario, mítico incluso, testigo de la historia, cuna de una impresionante diversidad biológica y con algunos de los paisajes más cautivantes del planeta: El Parque Nacional Canaima.

Este vasto territorio de más de 30.000 km², cuya formación se remonta a los orígenes mismos del planeta, contiene un 65% de ocupación de tepuyes (formaciones rocosas) y una rica variedad de flora y fauna silvestre, al tiempo que es hogar de la etnia aborigen pemón, características que le ganaron en 1994 la condición de Patrimonio de la Humanidad.

Una historia milenaria

El paisaje de formaciones rocosas que constituyen el Parque Nacional Canaima data de la etapa del Precámbrico, hace unos 3.400 millones de años.

En sus inmediaciones, bañadas en su mayoría por formaciones selváticas impenetrables, se encuentra el Kerepakupai Vená (Salto Ángel), la caída de agua más grande del mundo, y el imponente Roraima, el tepuy más alto del sector oriental de la Gran Sabana, con 2810 m.s.n.m y una superficie de 34,38 km2 aproximadamente.

Su alto valor debía ser comprendido por la humanidad y fue lo que llevó a una comisión a plantear la relevancia del espacio ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), debido a sus múltiples características geológico-paisajísticas y su proyección mundial como Parque Nacional.

Patrimonio Mundial: Una fiesta nacional

Finalmente fue en el año 1994 cuando la Unesco evaluó cuatro criterios para la evaluación de la joya natural venezolana como Patrimonio Mundial: Es una muestra relevante que representa las mayores etapas de la historia de la evolución de la Tierra; ejemplo sobresaliente de significativos procesos geológicos y biológicos y del desarrollo de ecosistemas terrestres y acuáticos; contiene fenómenos naturales superlativos, raros o únicos, así como formaciones, rasgos y áreas de excepcional belleza, y es hábitat de poblaciones de especies de plantas y animales raros o en peligro de extinción.

Científicos, artistas, exploradores y turistas nacionales e internacionales disfrutan de un banquete visual al contemplar la inmensidad de una naturaleza que crece por sí misma con el mínimo impacto de la intervención del hombre en este Parque Nacional, decretado en junio de 1962.

Fuente: Mintur Venezuela / http://www.caribbeannewsdigital.com/