viernes, 1 de junio de 2012

Ambiente contaminado de política, entre cielo y tierra / Susana Morffe

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Foto: Google
En la Perla del Caribe salieron a relucir denuncias respecto a depredación ambiental, contaminación por aguas servidas, pésima disposición de desechos sólidos y tal como lo expuso el presidente de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional, Hiram Gaviria, la situación se agrava por la contaminación política que se presenta en el país en todas las escalas de la sociedad

La visita que dispensó el diputado Hiram Gaviria a la entidad insular en días pasados, dejo una diversidad de motivaciones para la reflexión, debido al estado ambiental en que se encuentra la Isla de Margarita en sus áreas más importantes para seguir sustentándose como destino turístico del Caribe.

En la Perla del Caribe salieron a relucir denuncias respecto a depredación ambiental, contaminación por aguas servidas, pésima disposición de desechos sólidos y tal como lo expuso el presidente de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional, Hiram Gaviria, la situación se agrava por la contaminación política que se presenta en el país en todas las escalas de la sociedad.

Esta situación ha sido de mayor preocupación para los visitantes a la isla que de una vez decidieron realizar una segunda inspección en la isla y para ello se nombraría una subcomisión parlamentaria, que se ocupe de tratar el mayúsculo problema de esta región y atacar con soluciones consistentes, rápidas y necesarias las zonas más vulnerables.

El asunto no es solo el producto del cambio climático, ni de las emisiones, acciones y reacciones químicas, el problema es más considerable puesto que se personifican valores, intereses y controles de los recursos sociales.

La basura por ejemplo es un riesgo real que esta latente en toda la geografía isleña porque, sencillamente, los agentes responsables de la recolección de los desechos sólidos han fracasado en su gestión.

La Isla de Margarita de hecho es un paraíso de paz y tranquilidad, pero ciertamente como lo indicaron los legisladores, el clima político ha dañado el ambiente y es este el problema mayor que se debe liquidar, pues está en peligro la supervivencia de los pobladores insulares, así como las áreas de producción del oriente del país, como la pesca, playas y empleos en general.