martes, 10 de enero de 2012

Canaima, un paraíso en la selva de Venezuela

Buena parte del recorrido se realiza en curiaras (botes con motores fuera de borda).
Este parque es el hogar de los indígenas pemones y el sitio más visitado por asiáticos y europeos.
Parque Nacional Canaima (Venezuela). El mágico Parque Nacional Canaima, una zona de transición entre la gran sabana venezolana y la selva amazónica, es la tierra a donde llegaron los caribes procedentes del litoral del Atlántico, de la mano del indígena cazador Takupik, hijo de un chamán que durante un trance visualizó el lugar en el que podían permanecer ocultos a los ojos de los hombres blancos.
La espesa vegetación, los morichales, los grandes ríos y las mesetas rocosas (antiguas formaciones conocidas como tepuyes) y sus acantilados, que se alcanzan a advertir en el vuelo de 40 minutos en avión desde Puerto Ordaz, en el estado de Bolívar, son apenas una pincelada de todo cuanto allí existe.
No en vano, por su tamaño es considerado el sexto parque nacional más grande del mundo, pues se extiende a lo largo de 30.000 kilómetros cuadrados que llegan hasta la frontera con Guyana y Brasil.
En esta región está la Gran Sabana venezolana, en donde los reyes son los tepuyes. Mesetas con paredes verticales y cimas muy planas en las que se forman acantilados y sus caídas de agua, como el salto de Ángel, la más elevada del mundo, con 979 metros.
En esta tierra también está la gran laguna de Canaima, a la que caen siete enormes cascadas o saltos, que cada segundo aportan cientos de metros cúbicos de agua y que con su fuerza forman las olas que lavan sus playas. La caída de esas cortinas de agua, a por lo menos 45 metros de altura, retumba en el entorno y silencia la fauna que habita este alejado lugar.
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Por: GUILLERMO REINOSO - ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO de Bogota