domingo, 27 de noviembre de 2011

Luciteños reciben a su Santa


Ayer, desde las 6.00 de la tarde, inició la tradicional bajada de la abogada de los ciegos. La imagen de la mártir no lució su corona porque robaron el arco de 18 quilates el pasado mes de enero

Invadido por la devoción, El Empedrao se llenó de júbilo anoche para celebrar la tradicional bajada de Santa Lucía. Un desborde de fe inundó el templo de un sentimiento de alabanza y de plegarias de agradecimientos. Desde las 6.00 de la tarde hasta las 11.00 de la noche el cielo instauró su fiesta en el populoso sector zuliano.

"¡Viva Santa Lucía!", exclamó el párroco Pedro Colmenares, ante la mirada fervorosa de los feligreses. En ese instante, la iglesia quedó a oscuras. Desde el fondo del altar, dos sábanas rojas se abrieron en forma de telón de anfiteatro.  Allí estaba la Patrona del Empedrao. Su rostro inspiraba ternura. Vestía un manto blanco y rojo que confeccionó Teresa Aparicio por un favor concedido.

Al ritmo de la música que recitaban los Gaiteritos de Lucía, la imagen bajaba lentamente por un tobogán metálico de seis metros. Los presentes oraban sin descanso. Treinta servidores de Lucía esperaban atentos su descenso. Una explosión de fuegos artificiales  anunció su llegada.

Con el sonido de un aplauso ensordecedor, las luces se encendieron. Nelson Romero, conocido como El ayayero, cantaba con fervor. El párroco le otorgó un reconocimiento por ser el gaitero que ha dedicado más tiempo a la Santa.

Las flores blancas y rojas adornaban el templo. Romero integró el grupo fervoroso que trasladó la imagen hasta su carroza. El desbordamiento de alegría  típico de la zona se colocó de manifiesto. La patrona inició su recorrido por las calles Flor de Norte, Santa Isabel, Belén, Nueva Venecia, Dos rosas, Federación y Natividad.

¡Milagro!

Cientos de feligreses colmaron la iglesia. Pablo Medina, asistió por fervor nato. María González, porque lo prometió. Y a la derecha del tobogán se encontraba Cira de Molero, una mujer de 83 años que asegura haber recuperado la vista por un milagro que le concedió Santa Lucía.

Recuerda que una infección invadió sus ojos. Quedó ciega. El pronóstico era reservado, pero la señora Molero nunca perdió la fe. Se encomendó a su patrona. Hoy que puede admirar el rostro de la mártir, y está convencida que su sanación se debe especialmente a la intercesión de "la abogada de los ciegos".

Desde hoy y hasta el próximo 13 de diciembre, día que se conmemora un aniversario más de esta devoción, se efectuarán las fiestas patronales.

Nadie se salva…

La patrona de El Empedrao descendió de su trono sin su corona. El pasado 21 de enero, una banda de delincuentes entró al templo y robó el arco de oro 18 quilates que tradicionalmente utilizaba Santa Lucía para estas fiestas; lo que obligó a recurrir a una réplica. Tras el esfuerzo realizado por la parroquia, se espera que la restauración esté lista para el 13 de diciembre, día de la Santa.

Devotos

María Rosales (Pdta. Hijas de Lucía): "Hace treinta años mi hermano perdió un ojo por la diabetes. Yo le supliqué a Santa Lucía que lo dejara ver hasta el último día de su vida y me lo concedió".

José Hernández (Servidores de Lucía): "Tuve un desprendimiento de retina y ahora estoy sufriendo de la vista. Estoy suplicando la intercesión de la patrona para sanarme".

Nelson Romero (El ayayero): "Estoy muy contento por este reconocimiento que me otorgaron. En estos tiempos que estamos viviendo pidiendo le. pido a mi patrona que nos cuide. No queremos más sangre en El Empedrao". Por Leopoldo Márquez / La Verdad.com