Si hay un sector económico en el que las mujeres tengan mayores posibilidades de progresar, ese es el turítico, que aporta un 5% del Producto Interior Bruto y un 7% del empleo mundial. Las oportunidades tienen que ver con que las mujeres ya acaparan cerca de la mitad del empleo en hoteles y restaurantes, aunque se trata de un trabajo peor pagado que el de los hombres. Lo mismo que en la creación de pequeñas empresas, en la industria turística las emprendedoras son el doble que en el resto de actividades. Y por eso, según el informe elaborado por la Organización Mundial de Turismo (OMT) y ONU Mujeres, este negocio del ocio es "un motor para la igualdad de género y para empoderar a las mujeres en los países en desarrollo".
En América Latina, el Caribe, África, Oceanía y Asia, las mujeres suponen de media el 49% del empleo total. Eso sí, ocupan principalmente los puestos menos cualificados, en limpieza, cocina y hospedaje. Y cobran entre el 10% y el 15% menos que sus homólogos masculinos. Mientras eso sucede, el 21% de los países estudiados tiene a una mujer como ministra de Turismo (un porcentaje que baja al 17% en el resto de ministerios). Y el 36% de mujeres empleadoras, frente al 22% de las otras actividades económicas.
Como no podía ser de otra manera, su participación en el negocio turístico genera riqueza para las comunidades en que viven, se encargan de recalcar a cada paso del informe ONU y OMT, "y tienen un impacto significativo en la reducción de la pobreza en los entornos rurales". Si bien advierte que ellas concentran la mayor parte del trabajo impagado o informal que se realiza en el sector, normalmente en el seno de empresas familiares, lo que las hace más vulnerables a la explotación.
Para potenciar las oportunidades de la mujer y la igualdad de género en la industria turística, ambas instituciones recomiendan más protección legal para las trabajadoras, por ejemplo, regulando el salario mínimo o promoviendo normativas sobre retribución igualitaria. Además de mayor flexibilidad para que las madres compatibilicen trabajo y crianza. De cara a las emprendedoras, aconsejan impulsar su acceso a financiación e inmuebles, así como más formación. También plantean impulsar la educación y los programas de liderazgo.
Diferencias regionales
Contrastes por regiones, contrastes por países. Las mujeres en América Latina están de lo más representadas en el empleo de la industria, pero su presencia en los puestos de dirección de las empresas es exigua. En el área del Caribe, además de muchas trabajadoras, el turismo también genera multitid de emprendedoras.
Aunque no ministras. Justo lo contrario de lo que pasa en África, donde hay mayor número de ministerios del ramo liderados por féminas, si bien el número de graduadas con que cuentan hoteles y restaurantes es limitado, y la presencia de empleadas es inferior a otras regiones.
Si hay un continente de contrastes, ese es Asia, en el que las trabajadoras del sector alcanzan puestos de superior cualificación y hay mayor proporción de emprendedoras y autónomas, tal y como ocurre en Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia, mientras que en Pakistán o Irán no hay casi ninguna.
Por: Carmen Sánchez-Silva / http://blogs.elpais.com/
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