En la costa sur de Nayarit, donde las montañas se encuentran con el Pacífico, se encuentra Chacala, pueblo de pescadores conocido por su tranquila playa, mariscos frescos y un espectáculo natural poco común: la bioluminiscencia.
Ubicado en la Riviera Nayarit de México, el pueblo ofrece arena dorada, oleaje tranquilo y un entorno de palmeras y huertos tropicales. Los senderos de la jungla revelan árboles imponentes como la caoba, la parota y el palo de rosa, junto con la vida silvestre que va desde armadillos hasta aves tropicales.
A pocos pasos de distancia, la playa de Chacalilla ofrece una cala aislada para nadar, bucear y practicar kayak.
De agosto a diciembre, la bahía a veces brilla con pequeñas chispas azules que aparecen cuando se agita el agua. Causado por microorganismos marinos llamados dinoflagelados, el fenómeno hace que cada ola brille como la luz de las estrellas líquidas. Para muchos visitantes, nadar de noche en estas condiciones es inolvidable.
Chacala también se ha convertido en un centro para el bienestar y el turismo consciente. Los visitantes pueden participar en ceremonias de temazcal, sesiones de yoga al atardecer y masajes con hierbas locales.
Mar de Jade, un refugio frente al mar, es considerado un pionero del turismo regenerativo, con sus propios jardines, programas de educación comunitaria e iniciativas de empleo local.
La comida es fundamental para la experiencia. Lalaxtli, ubicado en lo que alguna vez fue una armería durante la era del Galeón de Manila, sirve desayunos elaborados con productos locales junto con vistas al mar. Chico's es un favorito desde hace mucho tiempo para el pescado zarandeado, el ceviche y los aguachiles preparados a pedido.
Una de las excursiones más destacadas de la zona es una caminata al cráter de un volcán extinto, que ofrece vistas panorámicas de la bahía de Chacala. A unos 10 kilómetros de distancia, los petroglifos de Altavista exhiben cientos de antiguas tallas de piedra de más de mil años de antigüedad, que reflejan la mitología de los primeros habitantes de la región.
Desde Tepic, tome la carretera federal 200 hacia Compostela y continúe hasta Las Varas. Un camino pavimentado a unos nueve kilómetros al oeste conduce directamente al tramo de playa de un kilómetro de Chacala.
Combinando naturaleza, cultura y sostenibilidad, Chacala ofrece una alternativa a los destinos turísticos abarrotados. Aquí, el lujo no se mide en tamaño sino en quietud, en un mar resplandeciente por la noche y en la calidez de su gente.
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