miércoles, 11 de septiembre de 2013

Las indomables cataratas del Caroní y los dulces atardeceres en el Orinoco / Estefania Todisco

Fotos Puerto Orinoco/Roger Saliba
Cuando llegan las vacaciones a muchos los llama la aventura. Sea en una playa, un río, o en las montañas; la naturaleza atrae a los osados y a los amantes de lo natural como alternativa para alejarse de la ciudad: uno de los tantos beneficios que ofrece un lugar como Ciudad Guayana. La única urbe de Venezuela bendecida por un medioambiente que se funde con la arquitectura que abriga a sus habitantes.

Los ríos son una bondad que no todos los venezolanos tienen a sus pies. El Caroní y el Orinoco tienen playas para disfrutar del sol, pero también hay clubes que ofrecen hermosos paisajes desde los puertos construidos para provecho de las personas. Como el viejo Club Náutico, uno de los primeros espacios turísticos de Guayana. Desde allí parten los kayaks y los catamaranes que recorren las oscuras aguas.

Estos servicios son poco conocidos, sin embargo, desde hace más de siete años una familia se dio a la tarea de crear un proyecto que atrajera a nacionales y extranjeros para maravillarse con los cuadros de esta aún misteriosa tierra. Ellos son los Yánez, dueños de Puerto Orinoco y del único catamarán que recorre los ríos.


Aquellos que no temen ser mojados por las fuerzas del agua que cae del Caroní desde La Llovizna tienen asegurado un buen remojón en las aguas que, entre otras labores, cumplen en abastecer de electricidad al 70 por ciento del país. Pues, por qué no, hasta la naturaleza se divierte.

Edgar Yánez, vicepresidente y guía turístico, relató que el proyecto en principio era recibir cruceros en alguno de los puertos de Guayana; pero se necesitaba agua potable y electricidad para que éstos pudieran hacer parada acá y continuar su rumbo. Como esta idea no pudo concretarse decidieron ofrecer estas travesías por los afluentes.

El catamarán es una excelente aventura, dos horas de paseo para conocer y ver la unión de los ríos, aquella línea que nunca logra fundirse a pesar de la fuerza de las aguas que luchan por cruzarse.


Otros puntos turísticos son Puerto Mineral de Ferrominera Orinoco, la Isla de Fajardo del río Orinoco, así como el Puerto de Palúa, además de las playitas escondidas entre las isletas que sobresalen del agua. La embarcación está acompañada de un guía turístico para responder las dudas de los clientes.

“El recorrido los lleva por los saltos como La Llovizna y Cachamay, se pueden ver otros que están escondidos y hacemos una parada para que los turistas se bañen”, explicó Yánez.

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