lunes, 22 de octubre de 2012

Río Caribe es un pueblo hospitalario / POR ARIANA ARTEAGA QUINTERO

Río Caribe es un pueblo hospitalario

Reconozco mi pasión por la península de Paria y confieso mi delirio por Río Caribe. Es un pueblo lindísimo, con gente generosa y amable. Es cierto que queda lejos, la carretera es complicada, hay un solo vuelo a Carúpano y la luz se va con frecuencia. Pero el mar, la naturaleza, la comida, los verdes y el aroma de cacao, compensan con creces los pesares. Hoy les digo dónde hospedarse por estos predios

Cómo llegar. Hay que tomar la accidentada vía de oriente, pasar Puerto La Cruz, Cumaná y Carúpano, hasta llegar a Río Caribe, junto al mar. Si vienen desde Caripe, tomen esa vía que conduce a Cariaco –bien bonita– y por ahí llegan perfecto.

puede caminar. Cuando pienso en una vejez feliz, me ubico en Río Caribe. Una casa con patio en el medio, techos muy altos, ventanas que den a la calle, la cocina abierta a las matas, unas gallinas atrás y unas sillas de hierro con tiritas plásticas para sacarlas a la acera por las tardes, conversar con todo el que pasa, recibir el fresco que viene del mar y voltear a ver el Cristo en la montaña mientras suenan las campanas de la iglesia. En las mañanas quiero caminar con un carrito de mercado hasta la playa para comprar pescado y las frutas que crecen en los patios de los vecinos.

Lo que hace más amable a Río Caribe es que puedes caminar todo el pueblo. Desde el mar hasta la montaña, por calles que conducen derechito de un lado a otro, sólo casas porque nadie ha tenido necesidad de lanzar pisos al cielo. El malecón pudiera haber tenido más matas, lo mismo que la plaza. Se hubiera parecido más a la vegetación de Paria. Pero igual podemos convivir con ambos.

Habrá que ocuparse de tener la playa más limpia. También garantizar el servicio eléctrico. Lo más complicado será sanar la península del narcotráfico. No creo en los imposibles. En una época hasta pensé que quería ser gobernadora de Sucre para sacarle todo el potencial turístico que tiene. Entre la pesca y las visitas seríamos una potencia en el mundo. Y no uno de los estados más pobres del país.

Fuente / El Nacional