Visitar el casco central de la capital del municipio Torres es como un viaje al pasado. Recorrer sus calles adoquinadas leyendo las placas colocadas en las paredes exteriores de casas, iglesias y capillas produce la sensación de estar en un museo
Visitar el casco central de la capital del municipio Torres es como un viaje al pasado. Recorrer sus calles adoquinadas leyendo las placas colocadas en las paredes exteriores de casas, iglesias y capillas produce una sensación parecida a la de estar en un museo, pero agregándole un toque de imaginación, es posible hasta formar parte de la época cuando los españoles dominaban al país y cuando los valientes combatientes de la libertad reunían a su gente en la plaza principal pronunciando arengas independentistas.
Se puede comenzar el recorrido por la iglesia principal, dedicada a San Juan Bautista. La misma fue construida en el siglo XVII, restaurada en 1970 y elevada a catedral en 1992. Hay que verla por dentro, toda una verdadera joya de la arquitectura colonial.
A un lado de la iglesia está la casa llamada el Balcón de la Álvarez, donde por tres días se hospedó el Libertador en agosto de 1821 en su paso a la Nueva Granada, luego de la Batalla de Carabobo. En el flanco oeste de la Plaza Bolívar está la Casa Amarilla, cuya construcción se terminó en 1625. Funcionó originalmente como la Casa del Cabildo, actualmente, y desde 1984 funciona como sede de la Biblioteca Riera Aguinagalde. La casona tiene un patio interno, un corredor alrededor del mismo y un segundo piso con tres balcones desde donde, con toda seguridad, muchos ilustres personajes dirigieron a los caroreños congregados en la plaza sus discursos referidos a aspectos sociales y políticos de la región y el país. Hacia la esquina noroeste de la plaza está lo que fue el primer hospital de Carora, construido por el capitán Pedro de Mendoza en 1620 y donde casi tres siglos después (1904) se fundara el diario El Impulso.
Siguiendo por la Calle Comercio, observando las casas a ambos lados, que prueban la importancia que siempre ha tenido Carora, se llega hasta la capilla de El Calvario, construida en 1787, considerada como una de las edificaciones religiosas coloniales más importantes de Venezuela. Sufrió mucho durante la gran inundación de 1973 cuando las lluvias hicieron que el río Morere se desbordara dañando gran parte de la zona colonial, pero gracias al arduo y dedicado trabajo de sus pobladores fue recuperada manteniéndose en un excelente estado.
A un lado de la capilla El Calvario está el teatro Alirio Díaz, músico natural de La Candelaria (en el mismo municipio) y uno de los más grandes guitarristas venezolanos.
Por la calle San Juan, de regreso a la Plaza Bolívar, están las casas natales del historiador Ismael Silva Montañés y Salvador Montes de Oca, segundo obispo de Valencia. Desde 2007 funciona en esta calle la Casa de la Diversidad Cultural, cuya visita proporciona gran información no solamente sobre la historia de Carora, sino también del municipio. Ya muy cerca de la iglesia está el tradicional Club Torres, funcionando desde 1724, ¡el club más antiguo del país! Hay mucho más que ver en esta población y en sus cercanías: como las alfarerías artesanales de Alemán, los viñedos de Altagracia, los fabricantes de cuatros de Palo de Olor y el Santuario de Domingo Sánchez.
Carora, llena de historia y leyendas, debe ser incluida en los planes de viaje de todo aquel que quiera conocer los orígenes de nuestra Venezuela.
Carora Estado Lara Municipio Torres Altura: 420 msnm
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