martes, 30 de agosto de 2011

Baracoa, un paraíso cubano que busca turistas



Baracoa Foto: EFE

Esta fue la primera ciudad que los españoles fundaron en la isla hace 500 años.

Baracoa atesora la esencia más pura de Cuba y mira hacia el futuro intentando aprovechar la tímida apertura económica emprendida en el único país comunista de América.

La llamada Ciudad Primada, de las Lluvias, de las Montañas, del Paisaje o de las Aguas se localiza en el extremo más oriental de la isla, en la provincia de Guantánamo, a unos mil kilómetros al este de La Habana.

Unos 85.000 habitantes viven en este pequeño paraíso de costa y montaña con frondosos bosques tropicales surcados por ríos de aguas cristalinas y hermosas desembocaduras que cautivaron al mismísimo Cristóbal Colón en su primer viaje a América.

“La más hermosa cosa del mundo”. Así describió el Almirante lo que hoy es Baracoa, al llegar con La Niña y La Santa María, el 27 de noviembre de 1492, a este punto de la mayor de las Antillas. La tercera de las famosas carabelas, La Pinta, se había separado de la comitiva para ir hacia Babeque (Bahamas).

Del paso del navegante por este enclave dan fe las versiones que han llegado hasta nuestro días de su primer diario de viaje junto a otro destacado testimonio: la Cruz de la Parra, la única que se conserva de las 29 que Colón plantó en sus cuatro viajes por América.

Cinco siglos después, la huella española pervive en Baracoa, no sólo a través de esta reliquia, sino también del sistema para proteger la ciudad de los corsarios y piratas: se mantienen casi intactas las fortalezas de Matachín, la Punta o el Castillo, hoy usadas como museo, restaurante y hotel, respectivamente.

Más allá de la arquitectura, por Baracoa “entró la esencia de la criollez y aquí se encuentra la esencia de lo cubano. Entraron los elementos hispánicos de la economía, de la cultura, de la evangelización... Todos esos elementos que nos marcaron indiscutiblemente”, dijo Alejandro Hartmann, el historiador oficial de la Ciudad Primada de Cuba.

“Baracoa es, posiblemente, lo más puro que le queda a Cuba”, opina Zenón Gámez, otro habitante.

Y en esa pureza seguramente influye la visible herencia de los indígenas que poblaban la isla antes de la llegada de los españoles: Baracoa es de los pocos lugares de Cuba donde aún se encuentran nítidamente en sus habitantes los rasgos de los taínos, el pueblo aborigen que habitó la zona.

Y de aquellos antiguos pobladores perviven aún técnicas constructivas con maderas y fibras vegetales y tradiciones gastronómicas como el casabe.

El Tiempo (Bogota)

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