martes, 28 de septiembre de 2010

Ladrilleros, uno de los lugares más paradisiacos y menos conocidos de Colombia

Foto: Andrés Quintero y Ángela Castañeda / Especial para EL TIEMPO

En esta parte del Pacífico colombiano, el mar suele alcanzar olas de hasta 3 metros de altura, precisas para la práctica del surf.

Una de las preguntas que escuchamos por parte de familiares y amigos al emprender este viaje fue: '¿y no es muy poquito tiempo para semejante paseo?'.

Para llegar hasta esta mega industria de paisajes ubicada en el extremo occidental de Bahía Málaga, primero nos dirigimos hasta Cali, una vez en la capital vallecaucana abordamos un bus que nos lleva en un trayecto de tres horas hasta el puerto marítimo más importante sobre el Pacífico colombiano, Buenaventura.

Antes de salir desde el muelle turístico de esta ciudad fundada en 1540 y que debe su nombre entre otras cosas a la paz que por ese entonces se vivía en la bahía, se puede percibir que de esa tranquilidad que relataron los cronistas de indias, ya no queda mucho, la fiebre del oro natural y del oro blanco han generado una serie de tensiones que podemos percibir en el ambiente que se respira entre los ciudadanos y militares que se apostan en el puerto.

Con esta primera apreciación del lugar iniciamos nuestro recorrido por el mar Pacífico a bordo del 'Juan Fernando II', en compañía de Alfonso y Fernando, nuestros anfitriones y guías durante el viaje. Luego de 50 minutos de trayecto llegamos a Juanchaco, primera población costera que nos recibe entre sus casas de madera y el olor a pescado frito que sale de ellas.

Allí tenemos dos opciones nos dice Alfonso, caminar o coger tractor para llegar hasta Ladrilleros, preferimos caminar y disfrutar del sonido del oleaje que nos acompaña por más de una hora.

En Internet había leído que tocaba vestirse de guerrero para venir hasta acá. Con unas chanclas, una pantaloneta y una camiseta fue suficiente, una deliciosa tarde de sol nos acompañó durante la caminata por la que se pasa entre otros lugares, por una base militar ubicada entre las dos poblaciones.

Pueblo de colores

Una gran gama de tonalidades puede apreciarse al ingresar a Ladrilleros, desde un amarillo ácido en uno de los hoteles hasta un rosado, pantera rosa, en otra de las casas, además del verde profundo de la vegetación del lugar y el de letreros como el que se alza vistoso anunciando la verbena de hace unos meses: 'Coco Show'.

Mientras nos fijamos en todo y en todas las personas que allí habitan, aparece Carlos Mario, un amable poblador que nos lleva a un lugar en el que podemos pasar la noche con todas las comodidades: una cama, un ventilador y lo más importante, agua dulce (preguntar por él cuando vayan).

Lo mejor del sitio al que nos llevó este personaje que afirma jugar mejor al fútbol que Rodallega o Falcao, en su concepto 'troncos', es que podemos apreciar la inmensidad del mar Pacífico desde un acantilado.

Luego de dejar las cosas en el cuarto nos dedicamos a caminar y conocer el lugar, en el que en la mayoría de edificaciones de madera vemos que se ofrecen los más deliciosos frutos del mar, desde un ceviche de camarón hasta un arroz con calamar.

Ya en la playa nos pedimos uno de estos ricos platos por solo 10.000 pesos, compuesto, por supuesto, de pescado y patacón, mientras disfrutamos de las últimas horas de la tarde y vemos a familias del pueblo y de Buenaventura disfrutar de un 'Coco Loco' o una cerveza, al lado de esa playa oscura tan típica del Pacífico colombiano.

Como sabemos que el tiempo que disponemos es corto y el día ya se fue, esperamos la mañana para levantarnos temprano y caminar hasta 'La Barra', otro de los pueblos que componen la isla y en el que hace poco se grabó una cinta muy premiada en el mundo entero, 'El vuelco del cangrejo'.

El camino hasta allí se puede hacer por la playa si la marea está baja o por un camino de herradura, en el que es mejor cambiar las chanclas por unos buenos zapatos y en el que seguro las 'masitas' o arepas del desayuno brindarán energías suficientes para andar.

Otro de los planes comunes es ir hasta las piscinas naturales y los manglares, a los cuales se puede acceder a pie o en uno de los tractores que se ven a la entrada de Ladrilleros.

Pero tal vez el atractivo principal y que atrae a miles de turistas entre julio y octubre son las ballenas jorobadas, las cuales habitan por esta época en las aguas del Pacífico colombiano, espectáculo que nos tenemos que perder si queremos volver a tiempo a la oficina el lunes.

Lo justo del tiempo hace que el tractor sea esta vez nuestro medio de transporte para llegar hasta Juanchaco, lugar del que ya casi nuestro bote está por salir.

Al montarnos en la lancha sabemos que a pesar de lo corto del viaje, como dijeron nuestros familiares, el paseo valió la pena y eso se dibuja en la sonrisa de todos los que vamos en la embarcación.

Para que no lo tumben

- Transporte Cali-Buenaventura: Desde $16.000 hasta $21.000 por trayecto

- Transporte Buenaventura-Juanchaco: $52.000 ida y vuelta
- Noche de hotel en Ladrilleros: Desde $15.000 si busca a Carlos Mario.
- Tractor: $2.000.


Andrés Quintero Palomino /  Viajar - El Tiempo Colombia

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