Malo si hace, malo si no hace. Virgin Atlantic acaba de eliminar la obligación de que sus tripulantes tengan que usar necesariamente los uniformes correspondientes a su género y ha suprimido la necesidad de identificar a los pasajeros por sexo, y se enfrenta a una oleada de críticas (Virgin da libertad para elegir uniforme: los hombres podrán llevar falda).
Sin embargo, la iniciativa de la aerolínea de Richard Branson ha tenido críticas e incluso llamamientos al boicot. “Yo nunca más volaré con Virgin”, dijo Sydney Warson, un comentarista político de Australia. “La estupidez de Virgin es tremenda”, escribió el analista americano Nile Gardineer. “Una forma segura de perder clientes que se irán a otros proveedores”. Darren Gomes, una personalidad en los medios anglosajones, afirmó que “las políticas de género no son más que una forma corporativa de buscar atención. Yo dudo que hubiera la menor demanda por estos cambios”.
El comentarista Frank Faredi en Londres señaló que “Virgin ha puesto en cuestión miles de años de normas sociales. Lo que realmente está ocurriendo aquí es que las compañías de publicidad y relaciones públicas han dicho a Virgin que hicieran esto para mostrar cuán sensibles son, haciendo estas tonterías de destruir las fronteras entre los géneros. Si realmente quisieran que sus trabajadores estuvieran mejor, simplemente bastaba con permitir a todos usar pantalones. Pero esto es como cuando una agencia te sugiere un cambio de imagen corporativo”.
Por supuesto, los colectivos LGBTQ aplaudieron la medida.
Sin embargo, la iniciativa de la aerolínea de Richard Branson ha tenido críticas e incluso llamamientos al boicot
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