La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) se refirió a la escasez de aeronaves que se ha convertido en una grave limitación de capacidad, restringiendo la posibilidad de las aerolíneas de satisfacer una demanda en constante crecimiento.
Según la Asociación, “las interrupciones persistentes en la cadena de suministro, especialmente en la fabricación de motores y la logística de componentes, provocan retrasos en la entrega de nuevos aviones, inmovilizan aeronaves en tierra y prolongan la vida operativa de modelos más antiguos y menos eficientes”.
“Las raíces de estos cuellos de botella actuales pueden rastrearse en los modelos de producción ajustada y en la gestión de inventario justo a tiempo. Luego, la pandemia paralizó prácticamente la producción, provocando pérdida de mano de obra, insolvencia de proveedores y pérdida de conocimientos industriales”, indicó IATA.
“Estas presiones se han vuelto ahora estructurales. Cuando los fabricantes tienen carteras de pedidos con plazos de entrega que superan una década, las aerolíneas deben ajustar su planificación de flota, sus calendarios de inversión y afrontar nuevas dinámicas competitivas en todo el sector”, prosiguió la entidad.
Actualmente, la cartera de pedidos se encuentra en un máximo histórico. Si se compara con una situación donde se mantuviera estable la proporción histórica entre el backlog y la flota activa, se sugiere que al sector le faltan 5.352 aeronaves, es decir, 538 más que la estimación basada solo en la tendencia de producción.
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