viernes, 7 de mayo de 2010

Mejora el turismo en EE.UU.


Nuevos visitantes, la mayoría provenientes de Suramérica y Asia, llegarán al país por primera vez durante el 2010.

Debido a la crisis mundial EE.UU. experimentó una caida en el número de visitantes por dos años consecutivos.

El gobierno estadounidense pronostica que el número de visitantes extranjeros a Estados Unidos aumentará este año luego de una continua baja registrada en la mayor parte de 2009.

Se prevé que el aumento en el número de visitantes provenga en gran parte de países en vías de desarrollo debido a que la recuperación económica de los tradicionales mercados occidentales de Estados Unidos sigue siendo lenta.
Danielle Courtney, de la oficina de convenciones y visitantes de Orlando, Florida, sostiene que a pesar de que el número de turistas nacionales y extranjeros a la ciudad cayó en 2009, el descenso de las llegadas internacionales se sintió mucho más profundamente de lo que indican las cifras.

“Cada año nos visitan unos tres millones de personas del exterior. La diferencia es que ellos representan el 17 por ciento de nuestro gasto porque se quedan un poco más y gastan más”, dijo Danielle Courtney.

Estados Unidos pronostica que el número de visitantes procedentes de América del Sur y Asia aumente considerablemente, sobre todo de países como Brasil, China e India.

Se cree que no habrá aumento en el número de turistas de Europa occidental.


El turismo siempre ha mantenido una relación de amor-odio con la seguridad.

Los profesionales del sector saben que, por una parte, el turismo no puede prosperar con inseguridad; de ahí la necesidad de invertir en seguridad. Pero, por la otra, temen que los inconvenientes de la seguridad ahuyenten a los turistas; por lo que, cuanto menos se hable de seguridad turística, mejor.

Lo cierto es que, aunque sigue existiendo una pequeña minoría de viajeros dispuestos a asumir conscientemente los riesgos inherentes al viaje, la mayoría de los viajeros y turistas -particularmente a partir del 11-S- buscan lugares donde puedan sentirse protegidos y, por consiguiente, quieren conocer qué están haciendo la Administración pública y la industria para brindarles la máxima protección posible, tanto en los trayectos como en los destinos elegidos.

Sin embargo, a nadie se le oculta que un exceso de seguridad en la sociedad del riesgo(1) supone -cuando no de derecho sí de hecho- la anulación de la libertad y, en este caso, una amenaza real para la continuidad del turismo de masas.

Permítanme que les muestre sólo unos indicios de esta probable colisión entre turismo y seguridad:

- Desde el atentado del 11 de septiembre de 2001, viajar en avión puede resultar una experiencia cada vez más desagradable; a causa de los crecientes inconvenientes provocados por los estrictos protocolos de seguridad en tierra que implican mucho tiempo perdido y largas filas de pasajeros.

- El coste anual del sistema estadounidense de policías del aire ya supera los 750 millones de euros.

- El Departamento de Seguridad Interior de EE.UU. tiene previsto, para el próximo año, instalar sistemas antimisiles en aviones comerciales. La instalación del sistema superará los 800.000 euros por avión, de manera que el coste de equipar todos los aviones comerciales norteamericanos previsiblemente superará los 8.000 millones de euros.

- El Gobierno británico avisó, hace unos meses, que, en los próximos años, la cancelación de vuelos será habitual y los pasajeros se tendrán que acostumbrar al incremento de los controles de seguridad

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